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La Singular Bardena Blanca

La Singular Bardena Blanca

Si oímos hablar de las Bardenas Reales de Navarra muy posiblemente se estén refiriendo sólo a la Bardena Blanca ya que es esta parte centro-norte de las Bardenas, es la más conocida y visitada, seguramente porque es la que presenta un aspecto mucho más singular.

El paisaje que nos regala la Bardena Blanca no sólo sorprende por sus características en sí, sino que parece espectacular que por capricho de la naturaleza (y por supuesto por una serie de fenómenos y agentes geológicos que se han producido en esta zona durante siglos), nos encontremos “un desierto” en una comunidad como Navarra que se caracteriza por todo lo contrario, por poseer una naturaleza verde donde las haya. Además el asombro es mayor cuando pensamos que el Río Ebro, el más caudaloso de España, tiene su depresión en la propia Bardena. ¿No se supone que cerca de un río lo que se produce es vida y abundante flora? Pues la respuesta es sí y así pasa también en las Bardenas Reales aunque de una forma diferente a lo habitual.
La Bardena Blanca a pesar de sus desérticas y largas extensiones de llanuras y sus acusados barrancos y toda esa serie de cabezos tallados por el minucioso trabajo de la erosión, es una zona que posee un gran valor ecológico. Son muchos y muy variados los ecosistemas que se han ido generando en este aparente “desierto” y la escasa vegetación que observamos aquí también es muy singular y objeto de estudio y conservación. Esta zona ha sido declarada por la Unesco Reserva de la Biosfera.
El mayor responsable del aspecto blanquecino de su suelo, es la abundancia de yeso que posee y la poca resistencia del terreno a la erosión climática es propia de la arcilla y arenisca que abundan en él. La gran debilidad de los materiales que componen esta zona hace que sea imprevisible el cambio que pueda sufrir el aspecto de la Bardena Blanca (sobre todo, puesto que la Negra está más protegida por su vegetación entre otros factores) y hace imposible la conservación de las singulares formaciones que se levantan como de la nada en el camino. Por esto es fundamental que la presencia de los turistas, curiosos y demás visitantes a la zona, no contribuyan a erosionar más el terreno y sean conscientes de que están presenciando un espectáculo natural único en Europa que se irá transformando inevitablemente pero que a buen seguro, le continúa regalando a las generaciones futuras un paisaje sorprendente y cautivador. 
La Parte Norte de la Bardena Blanca se denomina Blanca Alta y empieza aproximadamente desde una de las formaciones más características de este lugar, Castildetierra –todo un símbolo- y aglutina las zonas de Pisquerra, el Vedado de Eguaras, El Rincón de las Rallas, el Plano, el Ferial y el Paso en la punta más nórdica hacia Carcastillo.
Su parte sur, se conoce como la Blanca Baja que posee entre otras zonas, la Reserva Natural del Bú que supone el límite entre la Bardena Blanca y La Desconocida Bardena Negra.
En la parte central-sur de la Bardena Blanca se encuentra un polígono de tiro de las Fuerzas Armadas Españolas que hace maniobras en este lugar.

Cerca de Castildetierra y podríamos decir en el ecuador de las Bardenas, encontramos el Alto de Aguilares desde donde se pueden contemplar unas vistas panorámicas excelentes de toda la Bardena Blanca.

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